jueves, 30 de junio de 2011

MAMÁ, ¿QUÉ ME OCURRE...?

¿...Por qué dibujo cosas tan raras...?

Desde que descubrí el uso que tenía el lápiz, nunca he cesado de reproducir sobre papel los esperpentos más extraños y las criaturas más inverosímiles, despertando curiosidad en casi todo el que me observaba, normalmente acompañada de aspavientos de mudo terror en cuanto había terminado mi obra y la mostraba al mundo. Así pues, aquí dejo unas cuantas de mis obras con el simple objetivo de que os "aterroricéis" de manera positiva (si es que eso existe), puesto que, desde que descubrí la existencia de Tim Burton, perdí toda esperanza de vivir de mi arte...

Ahí van dos pequeñas muestras, próximamente podréis deleitaros la vista, irónicamente hablando, con más de ellas (ojo, que el de estilo Alicia en el País de las Maravillas fue hecho ANTES de que mi amigo Burton decidiese producir la, por decirlo así, ligeramente desmejorada versión siniestra en film; si llego a saberlo, pido el copyright de la idea primigenia de ese fiasco y la rehago con mis personajes, que seguro que en formato 3D y tuneados por ordenador molan que no veas, sobretodo en una habitación oscura durante la noche) .





Say Hello to the Queen

Andy Knife

P.D.: Perdón por la calidad pésima de las fotos (Problem cámara de movil de mierda?)

miércoles, 22 de junio de 2011

LA PARTITURA: ACTO II

Acto II: Introducción

Repentinamente, desperté del extraño estado onírico en el que me encontraba; al parecer la devolución de mis fluidos internos había realizado de nuevo el milagro ( y digo de nuevo porque ésta es la primera de reiteradas veces al día en que me ocurrirá el citado fenómeno vomitivo) y me había vuelto a la razón, luego de caer en la cadena anteriormente mencionada, y de sobras conocida por mí, de verbos inconexos y pensamientos retorcidos...A costa, por supuesto, de dejar hechas una pena las magníficas baldosas doradas, con grabados a juego con la bañera y el grifo, cubiertos de oro macizo, de mi opulento cuarto de baño; cosa que por cierto no me suele importar en demasía, pues en cuanto doy un par de palmadas, mis numerosos criados acuden prestos con sendas fregonas y cubos a rebosar de agua, encantados de limpiar todo lo que yo voy ensuciando y haciéndolo con una sonrisa porque, si no lo hacen, normalmente les reduzco o incluso anulo por completo sus jornales, ya de por sí poco cuantiosos.
Ciertamente, a primera vista puede parecer incluso algo cruel pero, díganme ustedes, ¿Qué sería de este mundo nuestro tan maravilloso y civilizado sin un poco de disciplina autoritaria...? ¡Qué hubiera sido de este país sin una reina como Su Majestad, la reina Victoria, y sin su juicioso mandato, mediante el cual nos supo dirigir sabiamente durante la Revolución Industrial, y nos sumergió en un mar de abundancia, no sólo política y económicamente hablando, sino también dando pie a nuevos movimientos culturales, e incluso triunfando (y haciendo honor a su nombre) sobre la terrible epidemia del cólera de 1851! ¡Qué hubiera sido de los hindúes, esa especie de salvajes que tan sólo visten algo inquietantemente semejante a una cortina, sin el soporte y atención de nuestro humilde ejército para dirigirles por el buen camino! En resumen, nada tiene de malo que yo les aplique ciertas normas estrictas a mis criados, cuando desde siempre el hacerlo ha causado tanto bien a la humanidad, y sabe Dios que las clases sociales superiores hemos de domesticar a las más miserables , dejando claro cuál es sus sitio y administrando sus bienes; es algo absolutamente natural, que beneficia a todos y continúa el ciclo del equilibrio humano...
¡Oh, pero, por todos los santos, cuán rudo he sido al no presentarme aún!

To be continued...

Say Hello to the Queen

Andy Knife

lunes, 20 de junio de 2011

LA MIRADA DE LA LOCURA (basada en hechos reales)



Repentinamente, sus penetrantes ojos se posaron sobre mí, provocándome la perturbadora intuición de que realmente podía llegar con su mirada hasta el fondo de mi alma.

Ella se llamaba Ángela, y era uno de los ángeles caídos que acogíamos en el lecho de nuestro centro de salud mental, protegiéndolos contra todo pronóstico de tentaciones peligrosas, como las drogas o el suicidio, y administrándoles medicación, lo cual es una variación de las drogas que potencialmente puede causar el suicidio del paciente, pero, bueno, ¿Qué podemos hacer nosotros, los monitores, contra tal atrocidad...? Por ello nos pagan.
Como iba diciendo, Ángela padecía de un trastorno bipolar en su variedad más extrema, cosa que hacía que sufriera de ataques psicóticos (alucinaciones) por doquier, junto al inconveniente de que, cuando entraba en fase depresiva, se volvía completamente dependiente: Se internaba en un estado de rigidez total, teniendo que ocuparnos personalmente de sus necesidades vitales, tales como administrarle la comida, ducharla, o incluso llevarla al lavabo a miccionar o defecar, puesto que también perdía por completo el control de esfínteres.
Sin embargo, todos los síntomas negativos de esta patología se establecían en completa contraposición a los momentos durante los cuales salía de este terrible estado y  se volvía a encontrar repuesta. Volvía a ser Ella, la alegre y dicharachera mujer que conocí hace varios años, la bella pero frágil rosa creciendo en mitad de ninguna parte, la  persona que con una sola mirada consiguió entrar dentro de mí, haciendo que me planteara preguntas hasta entonces prohibidas por mi estricto subconsciente, cambiando el transcurso de mi vida para siempre.

Recuerdo perfectamente el día en que ocurrió todo aquello.

Nos encontrábamos en el despacho general de los monitores, revisando las recetas de algunos pacientes con el objetivo de que éstos pudiesen adquirir sus medicamentos lo antes posible, cuando, sin previo aviso, Ella llamó tímidamente a la puerta, exhalando sin quererlo un pequeño y adorable suspiro, y disculpándose por irrumpir durante nuestras tareas. Le indicamos que pasara y explicara qué quería, de forma un tanto huraña por las largas horas de trabajo realizadas.

__Bueno, yo...que-quería que me dejárais llevarme la radio...para escuchar música...__musitó de un modo apenas audible, con una voz susurrante, algo aguda, pero desgastada a través de los años.
Ricco, el monitor jefe, respondió, de modo arrogante:

__Mira, te lo daré sólo para que dejes de dar tanto por culo, ¿de acuerdo...?
__Gracias...señor Ricco...es que...__y, acto seguido, dirigió la vista hacia mí.

Yo nunca me había fijado especialmente en ella desde que llegué; tan sólo la había observado pulular erráticamente por los pasillos dirigiéndose a la zona de fumadores para acallar los gritos del "mono" de tabaco, al igual que todos los demás pacientes. Pero, en aquel momento, sus rasgos cobraron una armonía difícil de explicar, como una especie de...rubor maternal, de matiz comprensivo, empático; y, entonces, vi sus ojos: unos ojos negros como el carbón, que con una potencia increíble atravesaron a los míos y alcanzaron los secretos más oscuros de mi ser, escrutinándolos con la precisión de un microscopio.
Fue después de aquello cuando dijo algo que impactó sobre mi cabeza con la fuerza de una bala de cañón:

__Es que...a veces es bueno escuchar música para hacer callar a las voces que tienes en la cabeza...__tras lo cual, habiendo cogido la radio del estante del despacho, dióse la vuelta y se fue.

Justo en ese momento comprendí: Ella había visto mi otro yo. Había visto los largos años de depresiones, los sufrimientos pasados en las visitas a diferentes psiquiatras, la desesperación en el consumo de estupefacientes para acabar con todo lo que me atormentaba...pero también había visto mis esperanzas de salir de mi agujero a toda costa, ayudando a otras personas a hacerlo, cosa por la cual me terminé dedicando al trato con enfermos mentales, y estaba allí en el preciso instante en que me dirigía esas terriblemente bellas palabras, haciéndome comprender que, por mucho que Ella estuviese allí encerrada, yo no estaba sola, nunca lo había estado.

Aún habiendo pasado mucho tiempo de esta experiencia, cuando tengo un mal día sé que escuchando música puedo aliviar todos mis males, por pesados que éstos sean.

Say Hello to the Queen

Andy Knife




sábado, 18 de junio de 2011

¡EMPEZAMOS! LA PARTITURA, PRELUDIO

Aquí os va el preludio de una enrarecida y barroca historia que estoy escribiendo. Si comentais diciendo que os gusta, a lo mejor cuelgo el resto (o no...).


Acto I: Preludio

Grandes noticias: mi estómago está comenzando a digerirse a sí mismo. Mis flagrantes ácidos gástricos están por fin hiriendo a quien debían, calcinando el tejido pútrido y sin sentido de mi existencia, corroyendo la aberración de la necesidad, provocándome un aborto gastrointestinal. La membrana, harto dada de sí, responde a un estímulo tan imperceptible como poco concreto, expandiéndose y contrayéndose al ritmo de un vals demoníaco, cuyo compás consta de cuatro acordes fundamentales: repulsión, náuseas, vacío, destrucción. La bilis enloquece y asciende a través de mis vasos sanguíneos; venas y arterias estallan en un frenesí de dolor, homenajeando a unos movimientos peristálticos ya inexistentes, y las vísceras quedan esparcidas en medio de ninguna parte, oyéndose sus tristes lamentos en Quantico, Virginia.
Precisamente cuando mi cuerpo se desmembraba y, al fin, el alma se henchía de orgullo ante la inescrutable y opresiva oscuridad, éste hubo de conducirse, a casi epilépticos trompicones, del aposento al lavabo y, apenas recuperando el dominio sobre mí mismo, subí la tapa del inodoro y expulsé de mi cuerpo todo lo que la naturaleza, en un acto de ironía paradójica, me había concedido, en cierto modo a manera de exorcismo personal.
Oh, Señor, gracias por los dones concedidos, entre ellos el del vómito y la enfermedad...


To be continued...

Say Hello to the Queen

Andy Knife

viernes, 17 de junio de 2011

DECLARACIÓN DE PRINCIPIOS EGOCENTRISTA: SÍ, SOY UNA CÍNICA ¿Y...?



Sí, señoras y señores, han leído ustedes bien. He dicho cínica. Una seductoramente irónica chiquilla que ahora se dedica a escribir chorradas en un blog, el cual inaugura con este artículo en tono ridículamente cinematográfico. Y, ya desde un principio, advierto: Personas a las que les "disguste", por así decirlo (porque también podría decir "personas a las que les dé intensamente por culo el modo en el que escribo, porque son cosas que no se deberían decir en esta nuestra omnipotente Suciedad, cuando lo que más desearían es poder decirlo sin ser juzgados, cosa que ellos constantemente hacen", pero no lo voy a decir, por supuesto, quedaría mal), la amoralidad completa y absoluta, por favor, abstenerse de leer mi blog, graciaaaas...

Bien, creo que con esto queda oficialmente iniciado mi pequeño granito de arena para la destrucción del mundo.

Este mi humilde blog no tiene una temática concreta, simplemente iré colgando escritos o dibujos propios (como el cuadro que encabeza la entrada), algún video o incluso canciones que tenga ganas de recomendar en ese momento.

...Y creo que, con esto, ya no tengo nada más que añadir.

Say Hello to the Queen

Andy Knife