Acto II: Introducción
Repentinamente, desperté del extraño estado onírico en el que me encontraba; al parecer la devolución de mis fluidos internos había realizado de nuevo el milagro ( y digo de nuevo porque ésta es la primera de reiteradas veces al día en que me ocurrirá el citado fenómeno vomitivo) y me había vuelto a la razón, luego de caer en la cadena anteriormente mencionada, y de sobras conocida por mí, de verbos inconexos y pensamientos retorcidos...A costa, por supuesto, de dejar hechas una pena las magníficas baldosas doradas, con grabados a juego con la bañera y el grifo, cubiertos de oro macizo, de mi opulento cuarto de baño; cosa que por cierto no me suele importar en demasía, pues en cuanto doy un par de palmadas, mis numerosos criados acuden prestos con sendas fregonas y cubos a rebosar de agua, encantados de limpiar todo lo que yo voy ensuciando y haciéndolo con una sonrisa porque, si no lo hacen, normalmente les reduzco o incluso anulo por completo sus jornales, ya de por sí poco cuantiosos.
Ciertamente, a primera vista puede parecer incluso algo cruel pero, díganme ustedes, ¿Qué sería de este mundo nuestro tan maravilloso y civilizado sin un poco de disciplina autoritaria...? ¡Qué hubiera sido de este país sin una reina como Su Majestad, la reina Victoria, y sin su juicioso mandato, mediante el cual nos supo dirigir sabiamente durante la Revolución Industrial, y nos sumergió en un mar de abundancia, no sólo política y económicamente hablando, sino también dando pie a nuevos movimientos culturales, e incluso triunfando (y haciendo honor a su nombre) sobre la terrible epidemia del cólera de 1851! ¡Qué hubiera sido de los hindúes, esa especie de salvajes que tan sólo visten algo inquietantemente semejante a una cortina, sin el soporte y atención de nuestro humilde ejército para dirigirles por el buen camino! En resumen, nada tiene de malo que yo les aplique ciertas normas estrictas a mis criados, cuando desde siempre el hacerlo ha causado tanto bien a la humanidad, y sabe Dios que las clases sociales superiores hemos de domesticar a las más miserables , dejando claro cuál es sus sitio y administrando sus bienes; es algo absolutamente natural, que beneficia a todos y continúa el ciclo del equilibrio humano...
¡Oh, pero, por todos los santos, cuán rudo he sido al no presentarme aún!
To be continued...
Say Hello to the Queen
Andy Knife
Cual Erzsébeth Bator (y).
ResponderEliminarAhora darás cuenta diferencial entre blog y facebook. Por el facebook, todos son cosicas de buen rollo. Del tipo etcétera. Vanas y pueriles. (Por eso yo también tengo uno: para promocionarme el blog, simplemente)
Un blog, sin embargo, hay que leerlo, y cuesta mucho que, hoy en día, la gente se pare a leer. (Más que nada porque seguimos leyendo los mismos de siempre.)
Suerte en tu andadura blogueril.